8 mar 2009

Decisiones


En el mismo instante en el que tomas una decisión, no eres totalmente consciente de todos los cambios que ésta pueda traer, especialmente si involucra a otra persona o grupo de personas. No digo que sea una decisión que no ha sido masticada lo suficiente, más bien me refiero a que puede llegar a dañar a los involucrados. 

Y aun así, la tomas. Al principio no notas un cambio, quizás sientes alivio, miedo o incluso curiosidad hacia lo que viene, pero todavía no te has enfrentado a la nueva situación. Es en el momento en el que tu alrededor empieza a cambiar que tú te das cuenta de que no todo seguirá igual y te preguntas - con la duda recorriendo tu pregunta - ¿Habré decidido correctamente?

Cuando pasas ese estado y sigues seguro del nuevo camino que has de recorrer, ¿qué sigue? Me encuentro en este paso del proceso de la decisión y mi nuevo camino me está esperando; sin embargo, yo no quiero dar mi primer paso en esa dirección. 

Estoy absolutamente segura de que he tomado la decisión correcta por mí y para mí - vale aclarar que es posible que sólo repercuta positivamente en mí. Ahora lo único que queda es atreverme a dar ese paso tan anhelado, pues ya estoy encaminada.